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Los indicios de la pésima organización y la falta de previsión campean por su respeto en el beisbol cubano. El límite de lo incomprensible se cruzó una vez más y este 20 de junio el periodista Ernesto Amaya Esquivel amplificó otra prueba en esta inmensa historia de tropiezos. El torneo nacional sub-23 años y más específicamente la novena de Pinar del Río fueron quienes padecieron otro hecho vergonzoso.
El evento que reunió a los atletas de esta edad surgió lleno de problemas y los reclamos debido a las malas condiciones de alojamiento y con la transportación fueron una constante. Para no variar, un nuevo escándalo surgió y las redes sociales lo viralizaron de inmediato.
Ernesto Amaya Esquivel denunció que el combinado de Pinar del Río está a la deriva en la capital del país, debido al manejo más que errado de los que tuvieron la responsabilidad de garantizar la transportación en tiempo y forma en este evento del beisbol cubano. La estabilidad de este elenco está en juego y a nadie parece importarle.
Denuncia en el beisbol cubano
“El equipo pinareño de beisbol categoría sub-23 se encuentra en La Habana sin ómnibus para regresar a Pinar del Río. El último juego ante La Habana en el estadio Capitán San Luis se demoró y no dio tiempo para llegar en hora a abordar el catamarán que los trasladaría a la Isla de la Juventud, por lo que tuvieron que quedarse en Mulgoba, un motel deportivo que no tiene las mejores condiciones”, narró.
La selección occidental perdió el viaje que los llevaría hacia la Isla de la Juventud y esto los condenó a “vagar” en la mencionada instalación, donde las dificultades están a la orden del día. ¿Y el transporte que los trasladó de Pinar a La Habana no pudo repetir el trayecto a la inversa? La respuesta a esta interrogante es otro sinsentido total.
“El mismo ómnibus que los llevó a la capital no tenía combustible para regresarlos a Pinar y todavía los dirigidos por Donald Duarte se encuentran en La Habana sin respuesta alguna.”, indicó Ernesto Amaya Esquivel.
La terrible realidad de los peloteros cubanos
No existen palabras para adornar semejante falta de respeto. La cúpula del beisbol cubano hace caso omiso a estas vivencias que tristemente ya son cotidianas y viven en un mundo onírico que solo ellos ven. La definición de crisis realmente queda muy pequeña para las repetidas muestras de torpeza institucional que se multiplican en el pasatiempo nacional.
En otro momento fue el equipo de Cienfuegos, hoy es el de Pinar del Río y mañana… Bueno, mañana puede ser cualquiera. El mal es generalizado y no distingue entre sus presas.