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El judo cubano, como todas las demás disciplinas en la isla, no encuentra el paso victorioso y los malos resultados son tan habituales que se convirtieron en algo rutinario. El Mundial de este deporte (que culminó el pasado 19 de junio en Budapest) retrató semejante realidad en todo su esplendor, pues las selecciones masculina y femenina del país caribeño se despidieron sin preseas.
La sequía de medallas del judo cubano es preocupante y es una latente muestra del abismo en el cual se encuentra este arte marcial en la Mayor de las Antillas. Para ahondar más la crisis, hay que mencionar que este es el tercer Campeonato Mundial de manera consecutiva en que el podio les resultó esquivo a los integrantes de las escuadras cubanas.
Pésimos resultados
Un representante tras otro, los del archipiélago cayeron como un castillo de naipes. Andy Granda, Jonathan Loynaz, Dayanara Curbelo, Orlando Polanco, Jonathan Charón, Maylín del Toro, Zail Ramírez, Lianet Cardona y Lisrialis González sucumbieron en sus pretensiones. En este grupo, solo Polanco avanzó en el organigrama y se ubicó en la discusión de la medalla de bronce, aunque finalmente cayó y ancló en el quinto escalón en la división de los 66 kilogramos.
Una de las desagradables sorpresas de la delegación resultó la derrota de Andy Granda en su misma primera presentación. El matancero, campeón mundial en la edición de Taskent en el año 2022, fue menos que el serbio Kokauri Ushangi y se despidió bien temprano de la reunión universal.
Granda llegó a la competición como la gran figura del judo cubano, debido a su palmarés, pero su caída fue el último clavo en el ataúd de las esperanzas. La derrota del yumurino oficializó el naufragio y verificó lo que era un secreto a voces: el milenario deporte está en terapia intensiva.
Cabe destacar que dicho hecho de tres ediciones consecutivas no es primera vez que suceda, la última vez que sucedió fue en la edición de Essen 1987, hace 38 años.
El judo cubano y un inexplicable hecho
En la jornada del 20 de junio se celebró el certamen mixto, pero otro asunto increíble (para no decir vergonzoso) impidió que los cubanos participarán en esta fase. Andrés Taño, Comisionado Nacional de este deporte, le informó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que hubo problemas con la reservación de los boletos de retorno de los integrantes de la delegación a Cuba, y debieron hacerlo en una fecha que impidió la participación de estos en la última escaramuza.
De esta manera, Budapest se unió a las versiones de Doha 2023 y Abu Dabi 2024 como plazas inaccesibles para el judo cubano. Tal fenómeno se expande cada vez más y el fin no parece cercano en el horizonte.
El último lustro fue de lágrimas para esta disciplina y los Juegos Olímpicos de París 2024 fueron la joya de la corona, pues no conquistaron medallas de ningún color, un hecho que reafirmó el naufragio. El más reciente Campeonato Mundial expuso lo que todos conocen: el tiempo de «vacas gordas» en el deporte cubano es solo un recuerdo.