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El quinto juego de la semifinal de la Liga Élite del beisbol cubano entre Las Tunas y Santiago de Cuba este lunes, 26 de mayo fue un verdadero show para bien y para mal, porque se dieron grandes actuaciones ofensivas pero también un gran número de errores, un fenómeno que cada vez es más común en la pelota cubana.
Particularmente nos referiremos a una jugada en específico, que tuvo lugar en la décima entrada y que estuvo a punto de costarle el juego a Santiago de Cuba después de haber logrado una impresionante remontada.
Santiago de Cuba descontó una desventaja de ocho
Los Leñadores vapulearon el pitcheo de Santiago de Cuba durante los seis primeros episodios logrando una diferencia de 10×2 que parecía lapidaria, pero que Santiago de Cuba, a fuerza de batazos y con la complicidad de la defensa tunera, lograron descontar.
Las Tunas vivió un octavo inning para el olvido, marcado por dos costosos errores del torpedero Yunior Josué Otero que abrieron la puerta a una feroz embestida de Santiago de Cuba contra el relevista Yanielski Duardo. En total, seis carreras cambiaron el rumbo del partido, con Edilse Silva aportando un jonrón solitario y Jeison Martínez sellando la remontada con su segundo cuadrangular de la postemporada, este último con dos compañeros a bordo, desatando la euforia en el público santiaguero.
Pero los Leñadores no son el mejor equipo de los últimos años en la pelota cubana y empataron el choque con un doblete de Héctor Castillo y un hit remolcador como emergente de Roberto Sullivan Baldoquín. Así llegaron al extra innings y allí ocurrió una jugada que pareció increíble.
Error de José Luis Gutiérrez pudo costar la eliminación de la Liga Élite
Un error en tiro del lanzador Wilbert Reyna iniciando la décima puso a los dos corredores fantasmas en segunda y tercera. Luis Vicente Mateo empujó la primera con un rolling a segunda y luego, con Yordanys Alarcón al bate, ocurrió lo impensado.
El veterano pelotero de Las Tunas conectó un fly que parecía inofensivo pero que el left fielder José Luis Gutiérrez fue incapaz de atrapar. El santiaguero la midió mal y después de dar un rodeo la pelota le dio en pleno guante, permitiéndole a sus rivales anotar la segunda del inning y también dejó con vida a Alarcón.
Esa marfilada también costó la tercera del episodio pues le dio la oportunidad a Lázaro Ponce de remolcar la última de su equipo con indiscutible al central después de dos outs. Sin esa pifia, Ponce nunca hubiera llegado a batear.
Por suerte para Gutiérrez su equipo reaccionó y de que manera y con un Grand Slam de Francisco Martínez se terminaron llevando la victoria 15×14, por lo que la jugada quedó para la anécdota, aunque pudo ser muy costosa.